Cooperar está en nuestra naturaleza
- Esto equivale a la plantación 61.243 árboles que ocuparían 5,45 hectáreas, una extensión equiparable a 143 escenarios del Auditorio Kursaal o del Palacio de Festivales de Cantabria.
- Esta acción compartida, pionera a nivel estatal, se desarrolla en el marco de las políticas ambientales de ambas entidades.
En el año 2014, el Festival Internacional de Santander (FIS) y la Quincena Musical de San Sebastián, conscientes de la necesidad de que su actividad resultara sostenible también en clave ambiental, decidieron emprender una política de colaboración en sus programaciones que suponía, entre otras cosas, la gestión compartida de viajes de intérpretes, orquestas, ballets, etc. y del transporte de sus instrumentos, equipos de escena… Así, “compartiendo” artistas y orquestas en sus respectivas programaciones, y reduciendo a la mitad los viajes que hubiesen sido necesarios de haber gestionado su presencia de forma independiente, se han reducido sensiblemente las emisiones de CO2 derivadas de esos traslados, mayoritariamente internacionales y, en ocasiones, incluso transoceánicos. Ahora, tras 8 años de proyecto en común, la consultora Prysma, por encargo de ambos festivales, ha evaluado los resultados de esa política.
EL ESTUDIO. El estudio del ahorro de emisiones de CO2 elaborado por Prysma toma como base únicamente los traslados de largo recorrido realizados en las ediciones de ambos festivales celebradas en el lapso que va de 2014 a 2021, no así los movimientos internos, realizados dentro de la misma ciudad o llevados a cabo para trasladarse a otras sedes de los festivales; y presenta el ahorro obtenido en toneladas de CO2 y en su equivalente en especie herbácea. De 2014 a 2021, esta política de colaboración, pionera a nivel estatal en el ámbito de los festivales de música clásica, ha propiciado la presencia en las programaciones del FIS y de la Quincena de 46 orquestas y agrupaciones de artistas, en su mayoría internacionales (llegados de ciudades como Berlín, Budapest, Cincinnati, Hong Kong, Londres, París, San Petersburgo, etc.), lo que ha implicado el traslado de 2.359 personas y el transporte de todo el material necesario a lo largo de 239.210 km. Del análisis de esos datos se concluye que la mayor parte del ahorro (un 90 %) se produce en el traslado de personas y que, gracias a él, se han dejado de emitir a la atmósfera 1800 toneladas de CO2. Esto equivale a plantar 61.243 ejemplares de Pinus Sylvestris Sistema Ibérico, o lo que es lo mismo, a crear un bosque que ocuparía una extensión equiparable a 143 escenarios del Auditorio Kursaal o del Palacio de Festivales de Cantabria, con una vida mínima de 20 años.
LOS FESTIVALES COMO MOTOR DE CONCIENCIACIÓN AMBIENTAL. Desde el convencimiento de que la cooperación enriquece y, sin duda, aporta valor, el resultado de esta primera iniciativa en común para la reducción de la huella de CO2 lleva a ambas entidades a plantearse, además de dar continuidad a la misma, emprender a futuro nuevas vías compartidas que hagan su actividad más sostenible. Al tratarse de instituciones culturales arraigadas en las sociedades que las sostienen y con una importante proyección, todas aquellas acciones que ambas desarrollen en el ámbito del medio ambiente, además de tener una repercusión objetiva y medible, pueden servir a la sociedad a la que pertenecen de motor de concienciación ambiental, al tiempo que agitan esa conciencia también entre todos los agentes que participan de la creación artística (artistas, orquestas, agencias…). Porque todo, incluso la música, somos parte de la naturaleza y vivir en armonía con el medio ambiente no solo es posible, sino necesario e infinitamente beneficioso.