Euskadiko Orkestra y el Orfeón Donostiarra interpretan la Missa Solemnis de Beethoven en el Kursaal

•   Esta partitura, considerada la obra sacra más importante de Beethoven y que se podrá disfrutar mañana viernes 23 de agosto, se interpretó por última vez en la Quincena en 2003.

•    Jérémie Rhorer dirige la interpretación, en la que participan cuatro solistas vocales de renombre internacional: la soprano Chen Reiss, la mezzosoprano Victoria Karkacheva, el tenor Maximilian Schmitt y el bajo Hanno Mueller Brachmann.

•    Entradas a la venta en las taquillas del Kursaal y del Teatro Victoria Eugenia y en quincenamusical.eus.

Mañana viernes 23 de agosto, a las 20:00 horas, la Quincena Musical retoma su ciclo de grandes conciertos del Auditorio Kursaal con la interpretación de la Missa Solemnis de Beethoven, que bajo la dirección del francés Jérémie Rhorer, interpretarán Euskadiko Orkestra, el Orfeón Donostiarra, y la soprano Chen Reiss, la mezzosoprano Victoria Karkacheva, el tenor Maximilian Schmitt y el bajo Hanno Mueller Brachman.

Una de las señas de identidad de la Quincena son los conciertos sinfónico-corales de gran formato: además de facilitar la colaboración entre los grandes coros vascos y las orquestas extranjeras que visitan el festival, la Quincena suele promover también la interpretación de obras de gran envergadura. En 2022, fue la Sinfonía n.º 3 de Gustav Mahler, en una versión que reunió a la Joven Orquesta de Euskal Herria (EGO) y la Joven Orquesta de Canarias (JOCAN), además del Orfeón Donostiarra y el Orfeoi Gazte. En 2023, una de las partituras más inmensas del repertorio, la Sinfonía n.º 8, “De los mil” de Mahler unió a Euskadiko Orkestra y Orquesta Sinfónica de Navarra, Orfeón Donostiarra, Orfeón Pamplones, Easo Eskolania y Easo Gazte Abesbatza, y ocho solistas vocales, todos ellos bajo la dirección de Robert Treviño. Y en 2024, la obra escogida es la Missa Solemnis de Beethoven, contemporánea de su célebre Novena sinfonía y una de las partituras sacras más imponentes del primer Romanticismo.

La última vez que la Missa Solemnis se pudo escuchar en la Quincena Musical fue en la edición del año 2003. Y es que su complejidad y dificultad técnica hacen que no sea una partitura tan frecuente en las programaciones, a pesar de que está considerada una de las obras sacras más importantes de todos los tiempos. Dentro de la tradición litúrgica, las misas se pueden clasificar según su propósito y el nivel de ceremonia que implican. Una «misa solemne» es aquella que se celebra con mayor ceremonia que una misa regular o brevis, y suele estar reservada para ocasiones especiales o fiestas importantes del calendario litúrgico. Para Beethoven, titular su obra Missa Solemnis no solo expresaba su importancia litúrgica, sino también su significado personal. Para él no era simplemente una pieza religiosa; suponía una exploración de la fe, la duda, la esperanza y la relación de la humanidad con lo divino. Compuesta entre 1819 y 1823, la Missa Solemnis fue escrita durante uno de los períodos más difíciles de la vida de Beethoven. Su audición se había deteriorado ya significativamente, y esta pérdida empujó Beethoven a retirarse a un mundo de introspección, donde la música se convirtió en su principal medio de comunicación y expresión. La Missa Solemnis fue pensada originalmente como un regalo para su íntimo amigo y alumno, el archiduque Rodolfo de Austria, con motivo de su investidura como arzobispo. Beethoven sentía un profundo respeto y admiración por el archiduque, que no solo era su alumno, sino también un benefactor y un amigo de confianza. Pero no la completó a tiempo para la investidura del archiduque, ya que tardó casi cuatro años en finalizarla. Este retraso se debió en parte a la naturaleza meticulosa de Beethoven y a su deseo de crear una obra litúrgica perfecta, pero también fue un reflejo de las luchas personales que estaba atravesando: su salud en declive, las batallas legales por la custodia de su sobrino y el fantasma siempre presente de la sordera. Sin embargo, en medio de estas pruebas, la Missa Solemnis se convirtió para él en una válvula de escape, una obra de catarsis y reflexión.

Euskadiko Orkestra, siempre ha estado presente en la programación de la Quincena Musical desde que fue creada en 1982; tras participar desde el foso en la ópera “Carmen” y ofrecer un concierto de la Quincena Andante en Senpere, la orquesta completa su presencia en esta edición del festival con este proyecto de gran ambición en torno a Beethoven; lo hace junto a un coro con el que ha colaborado en infinidad de ocasiones. Se trata del Orfeón Donostiarra, que con 127 años de historia ha participado en 75 ediciones del festival, que, al igual que a Euskadiko Orkestra le otorgó su Medalla de Oro; en esta edición interpretó el Réquiem de Mozart junto a la Budapest Festival Orchestra, bajo la dirección de Ivan Fischer. Para completar el apartado vocal, la Quincena Musical ha invitado a cuatro conocidos cantantes para abordar las exigentes partes solistas que escribió Beethoven: la soprano Chen Reiss, una de las mayores especialistas de la actualidad en la música de Richard Strauss, y que ha colaborado de directores como Dudamel, Mehta, Rattle o Pappano; la mezzosoprano Victoria Karkacheva, formada en el seno del Teatro Bolshoi de Moscú y que ha debutado recientemente en el Teatro alla Scala interpretando Charlotte de Werther; el tenor Maximilian Schmitt, cantante de referencia en el circuito musical alemán y gran especialista en los roles de las óperas de Mozart; y el bajo Hanno Mueller Brachmann, otro destacado intérprete del repertorio alemán y cercano colaborador de Bernard Haitink, con quien grabó, entre otras obras, una Missa solemnis por la que ganó el Premio Gramophone a disco del año 2016.  

Liderando a este gran equipo humano estará Jérémie Rhorer, uno de los directores franceses más interesantes de su generación. Rhorer es conocido por su versatilidad, ya que, junto al circuito sinfónico y operístico tradicional, cultiva la música antigua como fundador y director musical de Le Cercle de l’Harmonie, grupo con el que explora el repertorio de los siglos XVIII y XIX utilizando instrumentos de época y afinaciones originales. Como director, es muy aclamado por sus versiones de las obras de Mozart, pero también por dirigir creaciones contemporáneas, y él mismo es un compositor muy respetado. Unos meses antes de dirigir la Missa Solemnis en la Quincena, Rhorer lo hizo con su conjunto Le Cercle de l’Harmonie en la Philharmonie de París, y en marzo dirigió el estreno de La voz humana de Poulenc y Erwartung de Schoenberg en una nueva producción del Teatro Real de Madrid.

Las entradas para este concierto se pueden adquirir a través de nuestra página web quincenamusical.eus y en las taquillas del Kursaal y del Teatro Victoria Eugenia.

 

Quincena Musical / Musica Hambostaldia Laguntzak

Web desarrollada con fondos Next Generation EU.