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83 Quincena Musical

2022

Un balance positivo

  • 28.200 personas asistieron a las 75 citas celebradas, con una ocupación media del 74%.
  • La ocupación del Auditorio pasó de un 90% (obtenido en 2019 y 2018) a un 80%.
  • Desde una perspectiva artística, cabe subrayar el debut juntos de Xabier Anduaga y Elena Sancho-Pereg en La Fille du Régiment, en el estreno de una producción propia de ópera, así como la buena acogida del público ante la firme apuesta por un repertorio novedoso.

La 83 Quincena Musical de San Sebastián llegó a su fin el sábado 27 de agosto de 2022, con el segundo de los conciertos que la Orquesta Filarmónica Checa, dirigida por Semyon Bychkov, ofreció en el festival. La víspera se había subido al escenario del Kursaal para interpretar la 7º sinfonía de Mahler y el 27 de agosto repitió con un concierto en el que la orquesta estuvo acompañada por las pianistas Katia y Marielle Labèque la soprano Evelina Dobračeva, la mezzo Lucie Hilscherová, el tenor Aleš Briscein, el bajo Jan Martiník, la organista Daniela Valtová Kosinová y el Orfeón Donostiarra. Clausuraron la 83ª Quincena Musical por todo lo alto con una selección de piezas festivas de los autores bohemios Dvorak y Martinu, y la monumental Misa glagolítica de Leos Janacek. Ambas citas tuvieron lugar a las 20:00 horas en el Auditorio Kursaal.

Tras dos ediciones de dimensiones limitadas a causa de la pandemia, la edición de 2022 estuvo marcada por la recuperación de la totalidad de los aforos, y la afluencia de público a los conciertos marcó una tendencia positiva: en los conciertos celebrados en el Auditorio Kursaal, la bajada de público, prevista ya con anterioridad al festival, se limitó finalmente a menos de un 10%. 28.200 personas asistieron a las 75 citas musicales celebradas y la recaudación total obtenida en taquilla ascendió a 669.000 € brutos, dejando lejos los datos de 2021 (385.000 €), pero sin alcanzar los niveles de 2019, en los que se obtuvieron 942.000 € vía ingresos de taquilla, con un mayor número de conciertos. 

Vídeo edición 83

El ciclo de conciertos celebrado en el Auditorio Kursaal contó con un total de 14.481 asistentes, lo que supuso más de un 80% de ocupación. Epicentro de la Quincena y escenario de sus conciertos sinfónico-corales, el auditorio fue testigo de la vuelta de la ópera escenificada al festival. Por primera vez, Elena Sancho-Pereg y Xabier Anduaga, ambos cantantes donostiarras de gran proyección internacional, interpretaron juntos La Fille du Régiment; en las dos funciones ofrecidas, Xabier Anduaga bisó, por primera vez en su ciudad, la escena que incluye la conocida aria “Ah! Mes amis” (“El público respondió con verdadera pasión al éxito de Xabier Anduaga”, E. Bert, Ritmo). En una época en la que escasean las nuevas producciones, la Quincena Musical se embarcó en la creación de una nueva propuesta conformada por un elenco casi íntegramente local y una escenografía diseñada y construida en base a criterios de sostenibilidad, de acuerdo con la política ambiental del festival. El Kursaal también fue testigo del regreso de un género poco habitual en la programación de la Quincena, la zarzuela; en el año del 125 aniversario del nacimiento del compositor Pablo Sorozabal, al que se homenajeó en varios conciertos y espectáculos de la edición,La tabernera del puerto en versión concierto, interpretada por un elenco encabezado por Miren Urbieta-Vega y Andeka Gorrotxategi, la Bilbao Orkestra Sinfonikoa y Landarbaso Abesbatza, mereció el favor del público (“La zarzuela ha vuelto a la Quincena Musical donostiarra tras largos años de ausencia. Y lo ha hecho con gran éxito de público, como se pudo apreciar en un Kursaal abarrotado”, A. García Urcola, Scherzo).

Como es habitual, el ciclo contó con numerosas formaciones internacionales, como Monteverdi Choir y English Baroque Soloists, bajo la batuta de John Eliot Gardiner; la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt, dirigida por Alain Altinoglu y junto a la violinista Bomsori Kim; Collegium 1704, junto al maestro Václav Luks; y la ya mencionada Orquesta Filarmónica Checa junto al director Semyon Bychkov. Pero también tuvo gran peso la presencia local: en un concierto dedicado a la música americana, infrecuente en la Quincena, el director y pianista Wayne Marshall dirigió a la Euskadiko Orkestra y Andra Mari Abesbatza en la interpretación de piezas de Gershwin. Y la Euskal Herriko Gazte Orkestra (EGO) y la Joven Orquesta de Canarias (JOCAN) compartieron este escenario, en un encuentro pionero entre jóvenes orquestas. A esto debemos añadir la excepcional presencia de coros vascos: Orfeón Donostiarra, Donostiako Orfeoi Gaztea, y los coros Landarbaso, Easo, Andra Mari y Vocalia Taldea. A estos sumaron los internacionales Monteverdi y Collegium Vocale 1704. La importante presencia de coros ratifica la preeminencia de la música coral como una de las señas de identidad del festival, fiel reflejo de la raigambre de esta música en el territorio.

En el Teatro Victoria Eugenia, el Ballet Flamenco de Andalucía presentó su espectáculo “El Maleficio de la Mariposa” con las entradas agotadas y con una gran acogida por parte del público (“público en pie y cinco minutos de aplausos para la gran apuesta de danza de la 83 de edición de Quincena Musical”, I. de Arantzibia, DV). El teatro también acogió el recital del pianista Víkingur Ólafsson, en el que el islandés confrontó la obra de Mozart con la de algunos de sus coetáneos. Como es habitual, también fue sede de la Quincena Infantil, con el estreno de Itsasotik, nueva producción de la Quincena creada por y para público infantil y juvenil; un proyecto colaborativo desarrollado por los jóvenes del Coro Easo y de la Escolanía Aila Laredo, comandados por Gorka Miranda y bajo la dirección artística de Mafalda Saloio. En total, se dieron cita en el Victoria Eugenia 1.481 personas.

En lo referente al repertorio que se pudo disfrutar a lo largo de estas semanas de festival, la programación no se ha limitado a brindar al público obras ya establecidas en el canon, sino que se apostó por programas poco habituales y repertorios novedosos, junto a piezas de nueva creación. En este sentido, destacó la favorable acogida del público ante obras de compositores como Weinberg, Martinů, Gershwin, Janáček, Zelenka, Gallupi o Cimarosa. En el Ciclo de Música Contemporánea se estrenaron las obras Ametsak 3 de Gabriel Erkoreka, Loquela Codex de Egemen Kurt, Clairobscur de Núria Giménez Comas; en el Ciclo de Música de Cámara, el Cuarteto nº2 de David el Puerto; y en el Ciclo de Órgano, Fantasía sobre “Agur Jesusen Ama”, escrita por David Briggs por encargo de la Quincena. Nuevos espectáculos de danza también vieron la luz por primera vez durante el festival: Aditu, de Jone San Martín, en el ciclo Tabakalera Dantzan, y Eta orain zer? de Kukai Dantza, que se estrenó el 27 de agosto en Errenteria, en el marco del ciclo Quincena Andante, con música original del compositor Pascal Gaigne interpretada por la EGO y una puesta en escena fuera de lo común.

En cuanto a los diferentes ciclos que conforman el festival, el claustro del Museo San Telmo se convirtió un año más en escenario del Ciclo de Música Antigua y del Ciclo de Música de Cámara, que reunieron a 2.216 personas y registraron varios llenos absolutos.

Además de los estrenos ya mencionados, en el Ciclo de Música Contemporánea se presentaron propuestas innovadoras; entre otras, el estreno del espectáculo multidisciplinar “Gaur!! 50º Aniversario de los Encuentros de Pamplona”, de SIGMA Project.

En su tercer año, Tabakalera Dantzan, ciclo del festival dedicado a la danza contemporánea y con sede en Tabakalera, dio un paso más en su objetivo de abrir la Quincena a otros públicos. Así lo constaron los tres llenos absolutos cosechados en sus tres espectáculos con entrada limitada: en las dos sesiones de Aditu y en Dead, de Lasala; y contó con tres cápsulas gratuitas de la compañía Lökke, abiertas a los visitantes de Tabakalera.

El Ciclo de Órgano, en su primera edición bajo la coordinación de Ana Belén García, ofreció en su programación 15 conciertos, que una vez más pusieron de relieve el rico patrimonio organístico de Gipuzkoa. Reunió a 4.255 personas atrajo a intérpretes de prestigio internacional como Michel Bouvard, Jon Laukvik, François Espinasse, Brett Leighton, Masaaki Suzuki, Gunnar Idenstam y Wayne Marshall (“Ha habido actuaciones únicas a lo largo de dos semanas, no vistas en los últimos años, citas especiales para disfrutar de nuestro patrimonio organístico en manos internacionales”, M. Garcia, Berria).

En el Palacio Miramar, el Ciclo de Jóvenes Intérpretes resultó un año más la plataforma idónea para la actividad concertística del alumnado de Musikene, al igual que Musikeler, en el marco de la programación veraniega de Kutxa Kultur en Tabakalera.

La Quincena Andante, el ciclo itinerante del festival, llevó la música de la Quincena a espacios alejados de los escenarios donostiarras, con la colaboración de ayuntamientos y de diferentes entidades. Conciertos como los celebrados en Leyre y Senpere, el homenaje a Sorozabal en Arantzazu, los conciertos dedicados por segundo año en Chillida Leku a Shostakovich de la mano del Cuarteto Gerhard, la celebración en Getaria del quinto centenario de la vuelta al mundo de Elkano, el recuerdo al Camino Ignaciano (con un recorrido entre Gesaltza y Arantzazu) o los conciertos de cámara en pequeñas localidades alavesas fueron atractivos puntos de encuentro en torno a la cultura. Un total de 3.165 personas presenciaron los conciertos en Gipuzkoa, Navarra, Lapurdi y Álava (en colaboración con la Diputacion Foral de Álava).

Finalmente, #ConversanDO, la iniciativa que acerca la Quincena a nuevos públicos, volvió al festival renovada, ofreciendo al público la oportunidad no solo de asistir por primera vez a un concierto de música clásica o a la ópera, sino también a los espectáculos de danza contemporánea de Tabakalera.

83 Quincena Musical: Cartel de Azucena Vieites