- Estarán dirigidos por el fundador de ambos conjuntos, el clavecinista Václav Luks, toda una personalidad de la música antigua en la República Checa.
- Interpretarán una de las obras religiosas más famosas de Haendel, el Dixit Dominus, y la última misa creada por el compositor barroco checo Jan Dismas Zelenka.
Si la 83 edición de la Quincena Musical la inauguró uno de los referentes de la música antigua en el Reino Unido, John Eliot Gardiner, hoy, 23 de agosto el festival dará la bienvenida a quien podría considerarse su equivalente en la República Checa. Se trata del clavecinista y director Václav Luks, que llegará a Donostia con los dos grupos que él mismo fundó y con los que ha conquistado media Europa: la Orquesta Barroca Collegium 1704 y Collegium Vocale 1704. Interpretarán, junto con una obra tan conocida como el Dixit Dominus de Haendel, la Missa Omnium Sanctorum del más importante compositor bohemio del Barroco, Jan Dismas Zelenka. La cita dará comienzo a las 20:00 horas en el Auditorio Kursaal. Las entradas para este concierto se pueden adquirir en www.quincenamusical.eus y en las taquillas del Kursaal y del Teatro Victoria Eugenia.
Aunque comenzó su carrera como trompetista, Václav Luks encontró su verdadera pasión al ir a estudiar instrumentos de teclado en la Schola Cantorum Basiliensis de Suiza. Allí se enamoró de la música barroca, que ha cultivado incansablemente desde entonces, fundando grupos como el Collegium 1704 o colaborando, tanto en sus facetas de instrumentista como de director, con conjuntos consagrados como la Barockorchester Basel, Dresdner Kammerchor o Nederlandse Bachvereniging. Luks se ha erigido además en uno de los mayores especialistas en el repertorio barroco de la República Checa, y concretamente en la música de autores como Jan Dismas Zelenka, a quien ha incluido en este concierto en Donostia.
Para Luks, “el atractivo de la música barroca radica en el hecho de que el arte de los maestros barrocos cumplía con el requisito de un alto nivel artístico así como de una comunicatividad absoluta. La música barroca no necesita explicación y, sin embargo, no es sugestiva. Es refinada, artística. Son metas enormes, muy difíciles de compaginar, y la música barroca lo consiguió al cien por cien. Creo que triunfó como nunca antes y nunca después en la historia de la música”. Esta firme creencia en el valor de la música barroca le llevó a fundar en 1991 el conjunto de cámara especializado Collegium 1704, que fue el origen de un proyecto que en 2005 se ampliaría con la creación de la Orquesta Barroca Collegium 1704 y el coro Collegium Vocale 1704. Estas últimas nacieron como un conjunto provisional para participar en el festival Bach-Praga del año 2005, pero finalmente ambos conjuntos se afianzaron y desde 2007 se han convertido en invitados habituales de los festivales de música antigua de toda Europa, colaborando con grandes estrellas de este circuito como Magdalena Kožená, Vivica Genaux y Bejun Mehta.
George Frideric Haendel (1685-1759) había comenzado a establecerse como compositor de ópera en Hamburgo cuando decidió cambiar completamente de escenario y viajó a Italia, llegando a Roma en 1707. Aunque era un luterano convencido, rápidamente logró el patrocinio de tres cardenales y comenzó a componer música para la iglesia, entre las que el Dixit Dominus fue una de sus creaciones más tempranas. Con 22 años, Haendel ya había demostrado ser un maestro del contrapunto durante su aprendizaje en el norte de Alemania, y en su etapa italiana adquirió la habilidad de concebir melodías expresivas y una escritura instrumental brillante al estilo de Corelli. Este conocimiento del estilo de concierto italiano se muestra desde el principio de Dixit Dominus con la repetida y enérgica declamación de la palabra Dixit, y más adelante en la forma en que pinta mediante el sonido las escenas más dramáticas y las palabras más representativas. La escritura coral es virtuosa en todo momento, y del coro se extraen además cinco voces solistas, lo que termina de dar forma, según Robbins Landon, a una partitura “de asombrosa dificultad técnica, que muestra inmediatamente la excelencia que alcanzaron los coros romanos de principios del siglo [XVIII]”.
Durante más de 30 años, el bohemio Jan Dismas Zelenka (1679-1745) trabajó como compositor y contrabajista en la corte de Dresde, cuya capilla musical era considerada en la época (mediados del siglo XVIII) como una de las más gloriosas de Europa. Zelenka escribió su última misa completa, la Missa Omnium Sanctorum, en 1741, cuando ya tenía más de 60 años y estaba en la cumbre de su labor creativa. Diseñada para solistas, coro y orquesta, se trata de una obra expansiva y dinámica, con múltiples subsecciones en el Gloria, tres extensas arias (para soprano, alto y tenor), coros concertantes y fugas corales inusualmente expresivas. Es especialmente poderoso el efecto que produce el Credo, que hace un uso extraordinario del ritornello y que está considerada una de las páginas más inspiradas y hermosas de Zelenka.
El concierto de hoy cuenta con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell.