El Ballet Preljocaj inaugura el Ciclo del Auditorio Kursaal con “Requiem(s)”, su espectáculo más reciente

Hoy viernes 1 de agosto, y como colofón a la Jornada Inaugural, el Kursaal abrirá sus puertas al Ballet Preljocaj y se dará por inaugurado el ciclo del Auditorio. La compañía que dirige el famoso coreógrafo francés Angelin Preljocaj presentará en Euskadi su última creación, “Requiem(s)”, una celebración del milagro de la vida a través de los ritos funerarios. Las entradas para la función, que dará comienzo a las 20:00 en el Auditorio Kursaal, se pueden adquirir por precios que oscilan entre 12 y 47 euros en quincenamusical.eus y en las taquillas del Kursaal y del Teatro Victoria Eugenia.

Angelin Preljocaj, coreógrafo francés de origen albanés, inició su formación en danza clásica antes de volcarse en la contemporánea, aprendiendo con figuras como Merce Cunningham y Dominique Bagouet, quienes lo influenciaron antes de fundar su propia compañía en 1984. Desde entonces ha creado más de 60 obras, alternando grandes ballets narrativos, como “Romeo y Julieta”, “Blancanieves” o “El lago de los cisnes”, con el que obtuvo un importante éxito en la Quincena Musical de 2023, con piezas abstractas (“Empty moves”, “Still Life”, “Deleuze/Hendrix” …). El Ballet Preljocaj, con 30 bailarines fijos, realiza unas 120 representaciones al año por todo el mundo, y es reconocido por su estilo de danza virtuoso y dramático. Siempre abierto a las colaboraciones con otras disciplinas, Preljocaj ha trabajado con músicos como Air, Laurent Garnier, Daft Punk o Karlheiz Stockhausen, con artistas visuales como Claude Lévêque y Subodh Gupta, diseñadores como Jean Paul Gaultier, y cineastas como Boris Labbé. Sus obras forman parte del repertorio de prestigiosas compañías internacionales, como el Ballet de la Ópera de París, el Ballet de la Staatsoper de Berlín y el New York City Ballet, y entre sus numerosos premios destacan el Benois de la Danse (1995), el Bessie Award (1997) y el Globe de Cristal por su espectáculo “Blancanieves” (2009). Además de coreógrafo, Preljocaj muestra un gran interés por el cine. Ha dirigido varios cortos y el largometraje “Polina, danser sa vie” (2016), en codirección con Valérie Müller.

Preljocaj estrenó “Requiem(s)” en mayo de 2024, durante el Festival de Aix-en-Provence, y luego se trasladó durante dos semanas a La Villette de París y a otras ciudades francesas, levantando siempre una gran expectación. “Requiem(s)” es una pieza que aborda de forma íntima y visceral las múltiples dimensiones de la muerte y el duelo, y el público galo pareció resonar con la propuesta a través de la empatía que se establece con el dolor del propio Preljocaj. Impulsado por las pérdidas personales que él mismo sufrió en 2023 (su padre, su madre y varios amigos fallecieron en tan solo unos meses), Preljocaj concibió su creación como un homenaje y una reflexión en movimiento, tras haberse documentado profundamente en torno al fenómeno de la muerte. Durante dicho proceso buscó consuelo e inspiración en el pensamiento de Émile Durkheim, en su ensayo “Las formas elementales de la vida religiosa”, en Roland Barthes y su “Diario del duelo”, y en otras lecturas de filósofos como Gilles Deleuze, Friedrich Nietzsche, Louis Pernot o Clément Rosset. Preljocaj construye en “Requiem(s)” un universo escénico que alterna momentos melancólicos, furiosos y luminosos. La música refleja ese mosaico emocional: el ballet transita con brusquedad del Lacrimosa del “Réquiem” de Mozart a fragmentos de heavy metal, pasando por la música de Bach, Ligeti, Poulenc o Hildur Guonadóttir. Esta riqueza sonora potencia las emociones que exploran los diecinueve bailarines a través de coreografías que evocan rituales funerarios y estados del alma. Visualmente, la obra se desarrolla en una sobria gama de blanco y negro, con decorados, vestuario y luces que refuerzan el tono ceremonial, solo interrumpido por toques puntuales de rojo. La potente coreografía de Preljocaj se ve reforzara por las video-creaciones de Nicolas Clauss, los figurines de Eleonora Peronetti y el diseño lumínico de Éric Soyer. Descrito como “una celebración artística de la memoria y la vida a través del cuerpo y el sonido”, y bautizado por Le Monde como “un magistral ballet de la muerte”, “Requiem(s)” se ha presentado ya, tras sus primeras representaciones en Francia, en ciudades como Módena, Atenas, Madrid y Friburgo.

 

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