- El director Lahav Shani estará al frente de las dos actuaciones que ofrecerá la orquesta neerlandesa el 3 y 4 de agosto.
- El violonchelista Pablo Ferrández actuará como solista en el Concierto para violonchelo n.º 1 de Shostakovich el jueves, y el Orfeón Donostiarra se sumará a la orquesta para la interpretación de la Sinfonía n.º 9 de Beethoven el viernes.
La 84 edición de la Quincena Musical de San Sebastián dará comienzo el próximo jueves con una Jornada Inagural que permitirá disfrutar de una amplia oferta de conciertos por toda la ciudad. La cita principal de esta Jornada Inaugural, sin embargo, tendrá lugar en el Auditorio Kursaal y tendrá como protagonista a una orquesta bien conocida por el público donostiarra: la Orquesta Filarmónica de Rotterdam. Tras sus últimas visitas al festival junto a directores como Valery Gérgiev o Yannick Nézet-Séguin, en esta ocasión la orquesta neerlandesa vendrá liderada por su director titular desde 2018, Lahav Shani, quien hará su debut en la Quincena abordardo dos programas muy diferentes: un primer concierto dedicado a la música rusa, el 3 de agosto, y una de las grandes creaciones de Beethoven, la Sinfonía nº 9, en su segunda actuación el viernes 4 de agosto. El joven violonchelista español Pablo Ferrández se sumará al primera de las veladas interpretando el Concierto para violonchelo n.º 1 de Shostakovich, mientras que el Orfeón Donostiarra y un destacado cuarteto de solistas vocales tomarán parte en la gran cita sinfónico-coral del viernes. Ambos conciertos darán comienzo a las 20:00 en el Auditorio Kursaal.
La Orquesta Filarmónica de Rotterdam está considerada una de las dos grandes orquestas neerlandesas junto a la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Fue fundada en 1918, y su última visita a la Quincena Musical, en 2018, se produjo precisamente en el transcurso de las celebraciones por su centenario. Anteriormente, actuaron en el festival en 2011 y 2014 de la mano de Yannick Nézet-Séguin, e incluso antes, en 2004, lo hicieron junto a su anterior titular, Valery Gérgiev. La Orquesta Filarmónica de Rotterdam vivió una época dorada en la década de 1970, cuando alcanzó notoriedad internacional bajo la batuta del joven Edo de Waart, uno de los grandes directores holandeses del siglo XX. Desde entonces, la Filarmónica de Rotterdam ha mantenido una lista de titulares deslumbrante: David Zinman, James Conlon, Jeffrey Tate, Valery Gérgiev, Yannick Nézet-Séguin y, desde 2018, Lahav Shani, que se convirtió en el director titular más joven en la historia de esta orquesta que tiene su sede en De Doelen, considerado uno de los grandes auditorios con mejor acústica de Europa.
Discípulo de Daniel Barenboim, Lahav Shani ha sido uno de los directores jóvenes más prodigiosos de sus generación y actualmente, con 34 años, es ya una batuta de asentado prestigio en todo el mundo. Su salto a la fama se produjo en 2013, tras ganar el Concurso Internacional de Dirección Gustav Mahler que organiza la Orquesta Sinfónica de Bamberg, y pronto comenzó a dirigir formaciones tan importantes como la Filarmónica de Los Ángeles, Filarmónica Checa, Orquesta Ciudad de Birmingham, la Sinfónica de Lucerna o la Filarmónica de Rotterdam, con la que debutó en 2016, dos años antes de asumir su titularidad. Además de su trabajo con la orquesta neerlandesa, Shani es director titular de la Filarmónica de Israel y principal director invitado de la Orquesta Sinfónica de Viena, y en 2026 asumirá la dirección de la Orquesta Filarmónica de Múnich. En paralelo a su faceta de director, Shani es un virtuoso pianista muy activo como solista y como músico de cámara.
3 de agosto – Obras de Shostakovich y Tchaikovsky
La velada del 3 de agosto estará dedicada exclusivamente al repertorio ruso y se abrirá con uno de los conciertos más conocidos de Dmitri Shostakovich, el Concierto para violonchelo nº 1 que escribió para el legendario violonchelista Mstislav Rostropovich. Ambos se conocieron en 1943, cuando el compositor aceptó en su clase de orquestación en el Conservatorio de Moscú a un jovencísimo Rostropovich de 16 años. Trabaron buena amistad y comenzaron a tocar juntos de forma habitual, pero Rostropovich tuvo que esperar 16 años, hasta 1959, para que el compositor le dedicara este primer concierto para violonchelo. Sin embargo, y gracias en gran medida a la defensa que hizo de la obra el propio Rostropovich, pronto se convirtió en un clásico imprescindible del repertorio para el instrumento y en una de las obras más populares de Shostakovich fuera de su ciclo de sinfonías.
El solista que lo abordará en este concierto es también una de las jóvenes promesas del violonchelo en España. Pablo Ferrández, que hará su debut en la Quincena Musical, nació en una familia de músicos de Madrid: su padre es violonchelista y su madre profesora de música. A los 13 años ingresó en la Escuela Superior de Música Reina Sofía para estudiar con Natalia Shakhovskaya, exalumna de Rostropovich, y luego prosiguió sus estudios en la Academia Kronberg en Alemania con Frans Helmerson. Poco después, se convirtió en académico de la Fundación Anne-Sophie Mutter, quien describió al joven madrileño como «alguien verdaderamente especial». Entre las competiciones en las que ha participado Ferrández se encuentra el Concurso Internacional Tchaikovsky, uno de los más prestigiosos del mundo, que ganó en 2015 y que terminó de dar impulso internacional a una carrera que en los últimos años está alcanzando niveles estelares, y que le ha llevado ya a debutar con orquestas como la Filarmónica de Los Ángeles, la Filarmónica Checa o la Royal Philharmonic de Londres. Desde 2021, Ferrández es artista del sello discográfico Sony Classical.
4 de agosto – Sinfonía n.º 9 de Beethoven
La segunda actuación de la Orquesta Filarmónica de Rotterdam estará dedicada a una de las obras musicales más famosas de todos los tiempos: la Sinfonía n.º 9, «Coral» de Ludwig van Beethoven. Por su ambición artística, extensa duración, innovaciones compositivas y expresivas, y por un último movimiento en el que Beethoven decidió añadir un coro a un género que hasta aquel momento había sido puramente instrumental, la Novena sinfonía de Beethoven está considerada una creación revolucionaria que marcó decisivamente el curso de la música europea durante todo el siglo XIX. Escrita a lo largo de seis años y estrenada en Viena en 1824, cuando Beethoven había perdido ya casi por completo el sentido del oído, la obra pronto se convirtió en un modelo no solo en lo musical, sino también en un símbolo de superación y un canto a la paz y la unidad gracias a la inclusión en el último movimiento de la Oda a la alegría del poeta alemán Friedrich Schiller, que entona el coro y que se convertiría en 1972 en himno del Consejo de Europa y posteriormente de la Unión Europea.
El famoso fragmento coral lo cantarán las voces del Orfeón Donostiarra, que ha interpretado esta partitura innumerables veces desde prácticamente el momento de su fundación. Para la interpretación de este obra inmensa, a la Filarmónica de Rotterdam y al Orfeón Donostiarra se les unirán también cuatro destacados solistas vocales: la soprano israelí Chen Reiss, muy ligada a la vida operística austriaca y alemana; la mezzosoprano donostiarra Carmen Artaza, ganadora de tres premios en el prestigioso Concurso de Canto Tenor Viñas en 2021; el tenor estadounidense Matthew Newlin, miembro de la Deutsche Oper de Berlín desde 2013; y el barítono José Antonio López, versátil cantante español que recientemente ha debutado con la Filarmónica de Los Ángeles y Gustavo Dudamel.