Mitsuko Uchida y Jonathan Biss abordarán juntos la música para piano a cuatro manos de Schubert

•    La pianista japonesa de culto regresa a la Quincena Musical tras actuación en el festival en el verano de 2021.

•    El programa incluye obras para piano a cuatro manos de Schubert, que compuso más de cuarenta piezas para este formato en el que dos intérpretes comparten el teclado del mismo piano.

Tan solo cuatro días después de la inolvidable actuación que Grigory Sokolov ofreció en el Kursaal, mañana domingo 20 de agosto el auditorio donostiarra dará la bienvenida a otra gran estrella del piano. Se trata de Mitsuko Uchida, quien regresa a la Quincena Musical tras su visita al festival en el verano de 2021. En esta ocasión, la artista japonesa estará acompañada por otro magnífico pianista de una generación más joven, el estadounidense Jonathan Biss, para interpretar música para piano a cuatro manos de Franz Schubert. El concierto se llevará a cabo en colaboración con el Instituto Vasco Etxepare, en el marco del programa Euskadi-Japón 2023, y estará dedicado a la memoria de Alicia de Larrocha en el centenario de su nacimiento. Dará comienzo a las 20:00 en el Auditorio Kursaal y las entradas tienen un precios que oscila entre 11 y 42 euros.

Mitsuko Uchida es una pianista de culto que ha actuado en raras ocasiones en la península ibérica y que se presentó por primera vez en la Quincena Musical hace tan solo dos años, con un recital en solitario dedicado en su integridad a la música de Schubert. La recepción que obtuvo fue extraordinaria, ya que su actuación finalizó con el público puesto en pie y despidiéndola tras numerosas rondas de aplausos, propiciando que la artista japonesa haya decidido regresar al festival en tan corto espacio de tiempo; tan solo unos meses después, además, de haber actuado en San Sebastián dentro de la temporada de Kursaal Eszena, junto a la Mahler Chamber Orchestra.

Nacida en una ciudad a las afueras de Tokio en 1948, hija de un diplomático que había vivido en Berlín en la década de 1930 y que se había aficionado allí a la música clásica. Cuando Uchida cumplió doce años, su padre fue enviado a Viena y en la capital austriaca, según recuerda la artista japonesa, comenzó de verdad su vida musical. Cinco días después de su llegada, la familia estaba ya en la Wiener Staatsoper escuchando dirigir a Herbert von Karajan Uchida comenzó a tomar clases de piano en Viena con el célebre y riguroso Richard Hauser y a los 14 años ofreció su primer recital, pero aún no estaba segura de su vocación. Esto cambió cuando escuchó un recital de Wilhelm Kempff con música de Schubert, que se convirtió desde entonces en un autor fundamental en su carrera. "Él fue uno de los grandes compositores con los que me sentí cercana, incluso cuando era niña”, rememora la pianista. “Sentí que era un alma gemela mía, alguien con el que puedes estar a solas. Mozart corre a tu alrededor, conversa contigo, te persigue; siempre está pasando algo con su música. Pero Schubert es un solitario, así que todas las almas solitarias se emocionan con él", afirma Uchida.

A los 26 años, Uchida se mudó a Londres y un año más tarde todo empezó a cambiar para ella. "Recuerdo que pensé que había hallado, por fin, completamente mi sonido, mi forma de tocar. Me tomó mucho tiempo encontrarlo”, asegura. Lo logró tras escuchar mucha música de otros intérpretes y comprar discos “como una loca”. Y no solo de música para piano: "Gente como Furtwängler, Szigeti, Casals, probablemente estas personas me influyeron incluso más que mi maestro", confiesa la japonesa.

Jonathan Biss, partenaire de Uchida en este recital a cuatro manos, es sin duda una de los pianistas estadounidenses más destacados de su generación, es particularmente admirado por su forma de abordar la música para piano de Beethoven. Ha actuado con la mayoría de las principales orquestas del mundo, desde las Filarmónicas de Nueva York y Los Ángeles a la London Philharmonic de Londres o la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam, y es también un gran defensor de la música contemporánea. Sus intereses musicales, sin embargo, transitan más allá de la interpretación, ya que es también un respetado profesor, musicólogo y escritor sobre temas musicales. La conexión que le une a Uchida es el Marlboro Music Festival que se celebra en Vermont, ya que tanto Uchida como Biss son codirectores artísticos de este prestigioso festival.

Su recital en la Quincena Musical estará dedicado intégramente a la música para piano a cuatro manos de Franz Schubert (1797-2828). El compositor austriaco escribió más de cuarenta obras para piano a cuatro manos a lo largo de su corta vida, e incluso la obra más antigua de Schubert que ha llegado hasta nosotros está escrita para este formato. Aunque Schubert no fue el primer compositor en escribir música para piano a cuatro manos, su extensa colección de piezas abarca una amplia gama de estilos, desde fantasías y sonatas hasta marchas de concierto y rondós. La primera parte de la actuación de Uchida y Biss dará, precisamente, una muestra de esta variedad, con tres piezas breves de fisonomía muy diferente. Dos de ellas son el Allegro en la menor, D947 y el Rondó en la mayor, D951, escritos en mayo y junio de 1828 respectivamente, quizá con la intención de que formasen juntos una sonata en dos movimientos. El Rondó fue publicado en diciembre de ese mismo año, tan solo un mes después de la prematura muerte de Schubert, pero el Allegro en la menor no vio la luz hasta 1840, cuando Anton Diabelli la publicó bajo el título de Lebensstürme ('Las tormentas de la vida'). Se trata, sin duda, de uno de los movimientos de sonata más imponentes de Schubert, de una turbulencia pasional y poderío dramático raramente igualado en la música de la época. Entre ambas piezas de 1828, el dúo interpretará también la Marcha en mi bemol menor, D819/5, la quinta de una colección de seis grandes marchas para piano a cuatro manos que Schubert escribió entre 1818 y 1824, y que hacen gala de una gran sofisticación armónica y rítmica.    

En la segunda parte, Uchida y Biss abordarán el Divertimento a la húngara, D818, una de las composiciones a cuatro manos más extensas de Schubert aunque se programa muy raramente, probablemente eclipasada por la enorme popularidad de la Fantasía en fa menor para piano a cuatro manos, una de las creaciones más conocidas del compositor austriaco. Este Divertimento, datado en el otoño de 1824, parte de melodías populares húngaras para construir tres extensos movimientos (Andante, Marcha y Allegretto) que, con su riqueza rítmica, colores tímbricos, melodías muy ornamentadas y pasajes de carácter improvisatorio, ponen a prueba la complicidad y coordinación de los dos pianistas. Aunque durante varias décadas tras la muerte de Schubert gran parte de su producción quedó en el olvido, este Divertimento gozó de cierta popularidad e incluso Franz Liszt lo arregló tanto para piano solo como para orquesta.