La Budapest Festival Orchestra regresa a la Quincena Musical con una doble cita en el Auditorio Kursaal

•    Considerada como una de las diez mejores orquestas del mundo, es la orquesta extranjera que en más ocasiones ha visitado la Quincena, a la que regresa los días 17 y 18 de agosto bajo la dirección de su fundador, Ivan Fischer.

•    En el primer concierto le acompañará la iconoclasta Patricia Kopatchinskaja, una de las solistas de violín más elogiadas de la actualidad por la originalidad y riesgo que asume en sus actuaciones. Y en el segundo, el Orfeón Donostiarra y los solistas vocales Anna Lena Elbert, Olivia Vermeulen, Martin Mitterutzner y Hanno Müller-Brachmann, para la interpretación del famoso Réquiem de Mozart.

•    Entradas a la venta en las taquillas del Kursaal y del Teatro Victoria Eugenia y en quincenamusical.eus.

La Budapest Festival Orchestra volverá a actuar en la Quincena los días 17 y 18 de agosto. Dirigida por su fundador, el genial Ivan Fischer, la orquesta húngara llegará el 17 de agosto acompañada de una de las violinistas más iconoclastas y admiradas de la actualidad, Patricia Kopatchinskaja; interpretará el Concierto para violín n.º 2 de Bartók, en un programa que incluirá asimismo obras de Prokofiev y Dvorak. Al día siguiente, el 18 de agosto, la Budapest Festival Orchestra se unirá al Orfeón Donostiarra y cuatro solistas vocales para abordar un monográfico dedicado a Mozart, en el que destaca su gran obra final, el Réquiem. Ambos conciertos tendrán lugar en el Auditorio Kursaal y darán comienzo a las 20:00.

La Budapest Festival Orchestra fue formada por Ivan Fischer y Zoltan Kocsis en 1983, con intención de ofrecer una salida profesional a los mejores jóvenes intérpretes de su país, Hungría. En sus inicios ofrecían solo tres o cuatro conciertos anuales, pero a día de hoy es una formación estable que se ha convertido en símbolo musical de Budapest y está cosiderada como una de las diez mejores orquestas del mundo. Lo hizo la prestigiosa revista Gramophone en un ranking elaborado en 2008, BBC Music Magazine volvió a hacerlo en otro ranking realizado en 2020, y en 2022 ganó el premio a la Orquesta del Año de la revista Gramophone mediante una votación popular; también figura entre las diez primeras en un ranking realizado por un panel de críticos musicales para la web Bachtrack en 2023. En 2023, celebraron los 40 años de sus primer concierto en la Academia Liszt de Budapest con una intenso calendario de conciertos y giras. Esta orquesta se caracteriza, asimismo, porque, además de interpretar, sus miembros también cantan juntos, en un ejercicio que, según Ivan Fischer, contrubuye a elevar su calidad musical. Así lo han hecho, en forma de bis, en su paso por la Quincena.

La BFO ha protagonizado grandes veladas en la Quincena, que ha visitado en 2009, 2011 y 2014, y con especial relevancia en 2016, edición en la que ejerció como «orquesta residente» del festival y ofreció tres conciertos. En el verano de 2018, la orquesta húngara volvió a ocupar un lugar en la programación del festival, con dos conciertos, uno de ellos junto al Orfeón Donostiarra (con el que repetirá este verano), y en 2021 actuó por última vez en San Sebastián clausurando la 82 edición de la Quincena Musical.

Su director, Ivan Fischer, es considerado uno de los músicos más creativos de su generación. Nació en 1951 en Budapest y fue en su propia familia donde aprendió los rudimentos del piano, el violín y el violonchelo. Posteriormente, se graduó en Viena, donde recibió lecciones de dirección de orquesta de Hans Swarowsky y Nikolaus Harnoncourt. Su repertorio se centra principalmente en Bach, Mozart, Brahms, Dvorák, Mahler y Bartók, a los que interpreta con una mezcla de «filosofía, teatro y psicología, según criterios de Schopenhauer, Stanislavski y Jung», en sus propias palabras. Su salto a la fama internacional se produjo al ganar el Concurso de la BBC/Rupert Foundation a la edad de 25 años, lo que le abrió las puertas de las principales orquestas del mundo. Como director, destaca por la confección de programas muy originales y arriesgados, y por unas interpretaciones en las que busca ante todo la emoción y la sorpresa. «¿De qué sirve la precisión si no consigues emocionar?», se preguntaba recientemente en una entrevista para el periódico El Mundo, y esa actitud frente a la música lo conecta con la solista que acompañará a la BFO en esta gira.

Se trata de Patricia Kopatchinskaja. Nacida en 1977 en Chisináu (Moldavia), Kopatchinskaja es una violinista de renombre internacional conocida por su versatilidad y su enfoque innovador al abordar la música clásica. De madre violinista y padre cimbalista, comenzó a estudiar violín a los seis años y en 1989 su familia emigró a Viena, donde continuó su formación en la Universidad de Música y Arte Dramático. Posteriormente, se trasladó a Berna para completar sus estudios, y es en esta ciudad suiza donde sigue residiendo en la actualidad. Ganadora de un Grammy, Kopatchinskaja ha actuado como solista con las mejores orquestas del mundo, incluyendo la Orquesta Filarmónica de Viena, la Berliner Philharmoniker y las grandes orquestas estadounidenses. Pero su repertorio no se limita a los conciertos del circuito sinfónico, sino que abarca desde la música barroca hasta composiciones contemporáneas. Es reconocida por el enfoque teatral que aplica a sus actuaciones, con una presencia escénica que aporta profundidad e incluso humor a sus interpretaciones, y con peculiaridades como tocar descalza durante los conciertos. Además, su proyección artística va más allá del violín, pues regularmente dirige orquestas, ejerce de programadora o incluso actúa como cantante. En su debut en San Sebastián, interpretará el Concierto para violín n.º 2 de Béla Bartók. Compuesto para el gran violinista húngaro Zoltán Székely, data del periodo inmediatamente anterior a la Segunda Guerra Mundial, con un Bartók extremadamente preocupado por el avance del nazismo, justo antes de emigrar a Estados Unidos. En esta época, y tras una etapa más modernista y radical, Bartók había comenzado a incorporar más melodías folclóricas diatónicas y patrones rítmicos de Europa del Este; esto queda magníficamente ilustrado en los primeros compases del Concierto n.º 2, en el que el largo y rapsódico tema inicial del violín delata inmediatamente su ascendencia húngara; a partir de ahí, el concierto avanza en un complejo equilibrio entre la belleza sonora y un lirismo desgarrador, y en ocasiones con secciones brutales que interrumpen ese flujo de ensueño y nos retrotraen a la brutalidad del momento histórico que estaba viviendo Bartók. Es para muchos es uno de los grandes conciertos para violín del siglo XX.

Junto a la obra de Bartók, y además de la breve Obertura sobre temas hebreos de Prokófiev, el primer concierto de la BFO incluirá también la Sinfonía n.º 7 de Antonin Dvorak. El compositor checo comenzó a trabajar en su Séptima sinfonía poco después de asistir al estreno de la Sinfonía n.º 3 de Brahms en diciembre de 1883. La pretensión de Dvořák era afianzar su fama con una obra de más enjundia que las músicas de color bohemio, un tanto ligeras, que Simrock le pedía para el mercado británico, donde gozaban de gran éxito. Pero había una cuestión que preocupaba más a Dvorak: «Tiene que ser algo respetable porque no quiero decepcionar a Brahms», anotó. El fruto de ese esfuerzo por estar a la altura del más grande sinfonista de Europa fue su sinfonía más perfecta, un monumento austero y sin fisuras, aunque sin renunciar por ello al color popular bohemio, que provocó el entusiasmo en su estreno en Londres en abril de 1885.

En el segundo de los conciertos, el 18 de agosto, la Budapest Festival Orchestra abordará un monográfico dedicado a Mozart al que se sumará el Orfeón Donostiarra para interpretar el famoso Réquiem de Mozart. El Orfeón es una de las formaciones corales que mantiene una relación más estrecha con la Quincena Musical: ha actuado en 75 ediciones y en 1997 el festival le otorgó su Medalla de Oro. Junto al Orfeón Donostiarra, el apartado vocal lo completa un elenco de cuatro destacados solistas: la soprano Anna Lena Elbert, la contralto Olivia Vermeulen, el tenor Martin Mitterutzner y el bajo Hanno Müller-Brachmann.

El Réquiem en re menor, K. 626 de Wolfgang Amadeus Mozart es una de las obras más célebres de la música clásica, pero también una partitura enigmática. Compuesto en 1791, fue el último trabajo de Mozart, quien falleció antes de completarlo. Fue encargado por el conde Franz von Walsegg, quien deseaba una misa de réquiem en memoria de su esposa fallecida, pero el encargo fue realizado a través de un misterioso emisario, lo que alimentó numerosas leyendas sobre la composición. Mozart, ya gravemente enfermo, trabajó en el Réquiem con la creencia de que estaba escribiendo su propia misa fúnebre, y solo logró completar  una parte de la obra antes de su muerte el 5 de diciembre de 1791. Su esposa Constanze le encargó finalizarlo a Franz Xaver Süssmayr, alumno de Mozart, que terminó la composición basándose en las instrucciones de su maestro en el lecho de muerte y en los esbozos que había dejado. A pesar de toda esta incertidumbre en la composición, desde que se estrenó en Viena el 2 de enero de 1793, la obra ha sido considerada una de las aportaciones más geniales al repertorio de la música sacra por la forma magistral en que combina elementos líricos, dramáticos y religiosos. Pasajes tan inspirados como el Dies Irae, Tuba Mirum, Rex Tremendae o Lacrimosa, han hecho del Réquiem una de las creaciones más interpretadas y grabadas de la historia de la música.  

Además del Réquiem, la BFO interpretará la Sinfonía n.º 38, «Praga» de Mozart. Fue estrenada en Praga en enero de 1787, durante una visita de Mozart a esta ciudad que siempre mostró un gran aprecio por su música, y de ahí su sobrenombre. Con su inusual estructura en tres movimientos en vez de cuatro, la sinfonía es considerada un ejemplo de la madurez compositiva de Mozart y de su habilidad para innovar dentro de las formas tradicionales, justo antes de alcanzar el cénit de su producción sinfónica con la trilogía final que forman las sinfonías 39 a 41.

Las entradas para estos conciertos se puede adquirir en las taquillas del Kursaal y del Teatro Victoria Eugenia y en la web quincenamusical.eus.